domingo, 16 de octubre de 2011

Letras inertes


Casi sin saberlo
se dormía entre sus ojos la esperanza del regreso
y se apagaba junto con la llama de su mirada...
Quién pudiera medir la profundidad de la herida
que deja la amarga sensación de la despedida?

No es más sensato acaso
El intenso beso con un tácito sabor a nunca?
O una palabra jamás pronunciada,
como preludio temeroso de un adiós cercano?.

Razones suficientes tengo
para odiar las despedidas
mejor es partir como la lluvia
sin el más mínimo aviso;
simplemente de imprevisto...
Pero dejando tras de sí un arcoiris
Sin importar la magnitud de la tormenta.

GoldenRose, Octubre 16 de 2011.

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