lunes, 10 de mayo de 2010

Cuando el corazón se muestra inquieto
es necesario...
Casi urgente!
Mantener la mente ocupada.

lunes, 19 de abril de 2010

Gárgola


Bajo las oscuras formas de la noche
tu sombra inerte se levanta en los tejados;
Me pregunto desde cuándo estás ahí
y creo posible que entiendas mi tristeza.
Me pregunto si tus ojos
de mármol gris alguna vez lloraron
Y tus manos firmes apretadas a tu cara
alguna vez otro cuerpo abrazaron.

GoldenRose, Abril 19 de 2010

De repente cae la noche como la ausencia,
me niego a escuchar tu sombra
y a dejar que tus labios sientan mi tristeza.
Solo el hecho de tenerte cerca me lastima
porque tu cercanía incierta es una lejanía eterna
y una abismal distancia te separa de mí
cuando estrechas mis manos.
Poco a poco se confunden entre sueños
los mil recuerdos que me condenan a extrañarte
con la efímera sonrisa de un pasado vacilante.

GoldenRose, Abril 19 de 2010

sábado, 27 de marzo de 2010

Del aprender a observar...


Tal vez todos los misterios
estén hechos de secretos
Y los secretos a su vez,
de cosas que todo el mundo sabe;
Pero tal vez...
Nadie ha mirado con la suficiente calma.

GoldenRose, Marzo 27 de 2010

domingo, 14 de marzo de 2010

Del cajón de las verdades (2)


No hay miedo más vano
Que temer a vivir
A correr por la vida siendo tú
Sin disfraz,
Sin cadenas que te impidan existir
Se firme en tus pasos,
Claro en tus palabras,
Único en tus ideales,
Piensa por ti !
Corre el riesgo de ser,
No te permitas desistir,
Avanza por la vida con la fe en tus sueños
Míralos de lejos renacer.
Son tuyos, tómalos
No los dejes perecer.
Siembra la vida,
Cambia cuanto creas que sea necesario,
Corre, siente, vibra
Escucha, ama, aprende
Equivócate, instruye
Cae, levántate, perdona
Reinvéntate, ríe, libérate y...
Permítete ser FELIZ

GoldenRose, Marzo 14 de 2010

Pequeño Amor Fugaz


Sigues allí

Inundando mi espacio,

Perturbando con tu efímera presencia

Mis pocos momentos de tranquilidad.

Desde mi pequeño rincón te observo

Poco a poco te conozco

Y soy menos yo y más tú

Comienzas a hacer parte de mi,

De mi vida

De las horas que corren tras de ti,

Llevando mi esencia ante tus ojos

Absorbiendo entero mi metro cuadrado,

Mi limitado espacio para respirar

Casi no tengo ahora

Desde donde mirarte en secreto;

Poco a poco me vas descubriendo

Podríamos casi colisionar.

Pequeño amor fugaz..

No sabes qué bien me haría una sonrisa

Esperaría por ella

Tengo la esperanza de que llegue a mi

Porque ahora también espero por ti.

GoldenRose, Marzo 14 de 2010

miércoles, 10 de marzo de 2010

"Where are your dreams
little, sweet rocker heart?"

martes, 9 de marzo de 2010

Sueño Robado


Te observo desde mi pequeño rincón...
Allí estás.
Pero para mí eres tan sólo
Un sueño robado.
Si fueras mío, ya te hubiera soñado!
GoldenRose, Marzo 9 de 2010.

lunes, 22 de febrero de 2010

Mis estancias vacías

Tú plantaste una sonrisa en mi vida

Y llenaste de presencias mis estancias vacías.

GoldenRose, Febrero 22 de 2010

La mancha negra


Tengo miedo,

De la mancha negra que se esparce por las aguas

Y mata la vida.

Que se incrusta en la mente del poder

Y activa la guerra y el egoísmo.

Tengo miedo de los humos negros

De las almas negras

Del hueco que deja que el sol nos hierva,

Y de los gases de la mancha negra.

Tengo miedo de un día no poder respirar el aire puro

De escuchar el ruido de las balas

Y que una de ellas me arrebate

La vida, o peor aún, las ganas de vivir

Me reservo el derecho de temer

El deseo de soñar,

Y la decisión de actuar…


GoldenRose, Febrero 22 de 2010

jueves, 4 de febrero de 2010

El telar de los sueños


"A veces parece que el telar de los sueños

Fuera una ilusion perdida,

Que la noche lo envolviera en un soplo de luna

Y en la mañana reviviera con las flores que se abren

Sin saber que la muerte las espera

Al final de la primavera"


Goldenrose, Octubre 18 de 2009

Del cajón de las verdades


Declinar,
Desistir o evadir...
Pasar de largo por la vida
No es lo más inteligente,
No garantiza una salida.

Exigir,
Llorar o gritar...
Reclamar al dolor tu fracaso
No es que sea lo más valeroso,
No garantiza un consuelo a tu llanto.

Asustarse,
Correr o esconderse...
Tener motivos para escaparse
No es la elección del que sufre,
No garantiza un refugio.

Educarse,
Aprender o formarse
Contagiarse de la luz de los claustros
No es que sea lo más inteligente,
No garantiza la seguridad de tus pasos.

Goldenrose, Noviembre 4 de 2009.

La Maldición del Silencio


Tener algo que decir
Quizás nunca compense el hecho
de quebrantar el silencio.
Tener una palabra en los labios,
Soltarla para que viaje tan lejos
Tal vez sea un crimen absurdo
Que tal vez no perdonen los oídos perplejos
Que escucharon su canto
Que observaron su rastro
Y perdieron su equilibrio perfecto.

Goldenrose, Noviembre 4 de 2009.

En espera del ave azul


¿Qué pasa?
Cuando aquello que te mantiene vivo se apaga...
Cuando no encuentras razones para sentirte libre,
Cuando la espera se hace infinita y lloras.
Y preguntas a la noche si alguien te escucha
Si la tristeza de tu alma es solo tuya,
Si depronto un ave azul cruza tu espacio
Y te quedas mudo.
Si recoges cristales de luna
Si esperas a terminar la noche
Si reclamas al aire tu esencia
Y te devuelve una brisa confusa.
¿Puedes decirme qué pasa?
Es una pregunta compleja
Tanto como la brevedad de la vida
Tanto como la sensación de la herida.

Goldenrose, Noviembre 4 de 2009.

viernes, 22 de enero de 2010

Un pensamiento...

Al final nada ha cambiado aún y poseo el tesoro más grande porque todavía me siento libre de soñar, porque mis sueños son míos y de nadie más y solo yo me haré responsable por ellos, tal vez (ojalá no) algunos terminen simplemente archivados en un oscuro lugar de mi memoria y entonces solo ese día sabré si fui capaz de asesinar mi esencia o por el contrario solo por un breve instante en la historia comprender lo que se siente probar una gota de inmortalidad.

viernes, 15 de enero de 2010

El diario de la muerte


"Cuando se dio cuenta de que la naturaleza de un hombre cualquiera saciaría su deseo, sintió compasión. Extraña compasión, que se dirigía a quien fuera que fuese el escogido. Ya que competía al hombre sucumbir ante las propuestas, sin derecho a rechazarla”…

Sin embargo, la suya no era una propuesta en el sentido estricto. Bastaba una mirada, un breve contacto para llevar consigo un alma más a cuestas, y era cosa de pocos segundos recorrer el mundo para encontrar las que fueran necesarias para completar su labor.

Así transcurrían los días y las noches de la muerte, buscando ansiosa entre las multitudes quién debía acompañarla. Es muy cierto que tenía unos centenares de miles de víctimas entre seres humanos y no humanos que constituían su obligación diaria, pero en las pocas horas que le quedaban libres después del turno habitual, prefería saciar su necesidad de esparcimiento pues era la única fracción del día en la cual le estaba permitido tomar forma humana. Había días de tal cantidad de ejecuciones que se quedaba sin su merecido descanso y esto la llenaba de profunda tristeza.

Cuando podía venir a la tierra como uno más de nosotros, se sentía extasiada. Solía visitar lugares exóticos, tomarse fotos, aprender uno que otro baile, conocer gente, tomar café y hacer una que otra travesura… Todo aquello limitado por el tiempo restante hasta el comienzo de su nuevo turno de trabajo.

Por su reconocida responsabilidad, puntualidad y por ser una altamente eficiente funcionaria, se le concedía un deseo cualquiera durante su descanso y ella lo aprovechaba para conocer un poco más a esos seres que diariamente despojaba de sus almas pues no lograba entenderlos en lo más mínimo, y también porque alguna vez había experimentado un extraño sentimiento de culpa que desencadenaba en una extraña compasión momentánea que le producía el hecho de “ver morir”.

La muerte había tomado una vez la forma de una famosa reina, gorda, gorda, con su vestido amarillo bordado con piedras preciosas, un cetro de oro y esmeraldas, y una corona incrustada de diamantes; con toda su corte maravillosa que le rendía homenaje a su paso y complacía sonriente sus más extravagantes antojos: Quiero una flor negra, quiero un ave cantora del amazonas, quiero un tejido de la india y un buque de guerra de color rosa, y…

Se cansó de desear cosas que pudieran darle sus súbditos y prefirió pedir su deseo especial que consistiría esta vez en conocer los pensamientos de quienes le servían con tal inmediatez. Uno, dos, tres. ¡Deseo concedido!.

Cuál no sería su sorpresa al descubrir que de ella pensaban: ¡Qué mujer más caprichosa!; ojalá se muriera esta insensata, el pueblo con hambre y ella nos pide decorarle un buque de guerra!, ¡vieja infeliz!. Y mandó ejecutar a toda la corte, pero como es sabido que ella misma estaba en su tiempo de descanso, se cansó de ver cómo rebotaba en los cuellos la guillotina y los verdugos asombrados escapaban y el pueblo entero la acusaba de bruja por lo que acababa de presenciar.

Prepararon la hoguera, ataron a la reina y encendieron el fuego en el preciso instante en que sus cortísimas vacaciones terminaban ¡Mala suerte la de la soberana!, pensaba mientras se llevaba un alma gorda, gorda y se echaba a reír.

Otro día fue presidente. Pidió obtener sumisión absoluta. Uno, dos, tres. ¡Deseo concedido!.

Pronunció discursos, ayudó a un amigo a obtener un puesto público, se tomó fotos con un artista famoso que había ido a visitarlo, inauguró un estadio, firmó papeles, declaró la guerra... ¡Y se acabó el descanso!, volvió a su oficio, y como consecuencia de la guerra tuvo dos años y medio de incansable trabajo desde que salía el sol hasta el poniente. Fue un período intenso en el cual pensó que la próxima vez tomaría la forma de alguien con menos influencia.

Pero un tiempo después de aquella jornada laboral extrema quiso ser una hermosa mujer, una modelo de las pasarelas más afamadas del mundo y tener a sus pies unos cuantos millones de dólares para disfrutar completamente su nueva visita.

Desfiló prendas hermosas de prestigiosos diseñadores, lució las más costosas joyas y zapatos exclusivos que tanto hombres como mujeres admiraban al verla pasar en frente de ellos.

Y se sintió gloriosa, a su criterio no había tenido antes la brillante idea de encarnar un personaje tan completo: Fama, belleza, dinero, estilo, admiradores, respeto… ¡La muerte era ahora la mujer más feliz de la tierra!, aunque un poco delgada y hambrienta, muy similar a las caricaturas en que la pintaban como una calavera vestida.

Pero en cuanto llegó a su elegante cuarto de hotel decorado con las más radiantes flores, quiso simplemente tumbarse sobre su sofá de cuero a ver la televisión y después de una generosa cena, disfrutar de un delicioso helado. ¡Estaba exhausta después del desfile que había tenido!. Sin embargo, al abrir la puerta se encontró con que su equipo le tenía preparado un enorme plato de lechugas frescas con un vaso de agua y le esperaba una rutina de ejercicios de tres horas y media con un experto entrenador que había viajado desde Japón exclusivamente para asesorarla sobre la forma correcta de perder más peso. Ella quería gritar, pero no tenía fuerzas, se disponía a pedir su deseo especial para deshacerse de todos esos tontos, pero en ese instante se acabó el receso y volvió a sus labores habituales. Iniciando por llevarse el alma livianita, livianita de una hermosa mujer, que en medio de la comida, se privaba de ella para ser más elegante.

Y cuentan que la muerte se sintió ofendida como nunca antes en millones de años de incansable trabajo. ¡Ella, glotona por excelencia, privada de su alimento y al borde de un desmayo!, era una falta gravísima sin posible enmienda: Se declaró en contra de la raza humana, de su superficialidad, su egoísmo y su falta de sensatez. Ya no quiso volver a tomar ninguna otra forma humana y desde ese día dicen que lleva a cabo su tarea con mucha más frialdad, se olvidó de su compasión recordando que aquí en la tierra casi se muere de hambre.

Goldenrose, Octubre de 2008

Mientras haya vida


Mientras haya vida

Y la esperanza no se aleje de mí

Mientras existan tiempo y espacio

Mientras persista la voluntad,

Si nacen niños y brotan sueños

En medio de tanta adversidad,

Si quedan preguntas aún sin respuesta

Si queda fuerza para luchar,

Existe entonces la posibilidad

De abrir los ojos y sólo mirar

De amar tu ausencia, de recordar

De considerar si acaso

Que mejores tiempos vendrán

Que todo cambia, igual pasará

Sea bueno o malo, nada quedará

No hay porqué morir sin luchar

Y si aún luchando las fuerzas se van

¿Qué hay de aquellos

Que se rinden sin pelear?

GoldenRose, Junio 11 de 2008.

Soy


Soy verso ambulante

Soy remedo de poeta

Flor en campo abierto

Y una historia incompleta.


Libro que se escribe

A sí mismo con cautela

Una hoja no se arranca

Ni un sueño se revela.


Soy amor y soy poema

Soy canción y soy estrella

Soy luz y sombra

Soy paz y guerra.


Saca tiempo para leer mis hojas

No me pidas que sea perfecta

Lleva tiempo corregir las fallas

Curar heridas y aprender de ellas.


[Para aquellos que buscan perfección y nunca ven más allá, solo lo malo y lo bueno… ¿Dónde está?

No se juzga un libro por su portada ni se rechaza un hombre por su cara, Tómate tiempo para vivir la vida, no solo la tuya sino también la de quienes te rodean, sus dudas, sufrimientos, su lucha diaria por progresar, Somos proyectos en desarrollo, si buscas comprensión, dala primero].

GoldenRose. Enero 25 de 2008

Locura de una tarde de mayo


Un movimiento rápido, un impulso fortuito, y me levanté del sillón en que me encontraba, con el Colombiano en la mano y un lapicero de tinta roja con el que me había sentado hacía ya una hora a leer detenidamente con la intención de hallar un empleo de mi talla y porte, porque yo tenía bien claro que no había nacido ni para mesero, ni para mensajero, ni siquiera para vendedor de mostrador, y ¡tremenda suerte la mía!, eso fue lo que me encontré por todos lados; deslizaba mis ojos con marcada ansiedad en busca de algo para mí: Un joven talentoso, comunicativo, sociable y divertido; un empleo con personalidad, si así lo quieren, pero nada.

Esa tarde de mayo, como si en verdad el destino estuviera escrito, yo sentía que algo ocurriría, así que salí a buscar mi empleo por las calles, ya que en el periódico no se me ofrecía nada interesante.

Mientras avanzaba por las calles atestadas de gente y de comerciantes ofreciendo sus mercancías, yo sentía que me miraban…Hasta la vecina bonita que nunca me saluda, me miró con atención como si tuviera un particular y curioso aspecto, pero en realidad hoy me sentía tan normal como siempre. Esta situación se hizo más evidente (y más incómoda, por supuesto) cuando montado en el bus, sentía que la gente ante mi más ligero descuido deslizaba sus ojos con cautela para observarme, pero después de tenerme bien enfocado, parecían incapaces de retirar su vista de mí y yo ya me estaba poniendo nervioso.

Por primera vez me sentí agradecido de que se montara un cantante de rap al bus, esto logró desviar un poco la atención, y a la vez regalarme un poco de tranquilidad en medio de tal presión, entonces me concentré en su sencillo discurso de presentación y en su lírica marcada. Me gustó lo que oí: Una canción corta pero con alma y con una cadencia pulsante que captó mi atención. Busqué entre mis bolsillos una moneda para apoyar al joven, pero cuál no sería mi sorpresa, al percatarme de que el muchacho pasó de largo y no se tomó siquiera la molestia de recibirla a pesar de que se la ofrecía con mi mano extendida, y un rostro visiblemente más recuperado de la incómoda situación que me había ayudado a disipar.

Yo ya me estaba preocupando. ¿Cómo era posible que hace algunos minutos, fuera el centro de atención, y ahora alguien parecía no haberme visto? Era como si de repente hubiera tenido una repentina transición entre el ser y la nada.

Llegué a mi destino, una oficina de empleos. Cuando me dirigía a tocar el timbre en la parte trasera para parar el bus, noté que por más fuerte que presionara, ningún sonido era emitido, el conductor ni se inmutó a pesar de que recurrí a gritar para que me permitiera bajarme, pues me estaba llevando realmente lejos de donde quería quedarme. Me pareció una falta de respeto, así que me dirigí a la parte de adelante para hacerme escuchar, pero fue inútil. Trastornado como estaba, decidí hablarle a un señor que iba sentado en la banca de en medio, pero mi presencia pasó desapercibida. Le hablé a la señora que iba atrás de él, al joven universitario, pero nada!, todos me ignoraban. Es más, parecía que nadie me veía!

Ya iba bien lejos de donde debía bajarme, entonces esa ya no era mi mayor preocupación; me encontré dando vueltas por los barrios de Medellin, intentando hacerme ver en un bus de tantos, ante unas de tantas personas que ahora viajaban tranquilas, imperturbables ante mis pataletas y mi angustia. Mi única oportunidad para bajarme de aquel bus, cuyo recorrido se me había hecho interminable, era esperar que algún pasajero se bajara. Esperé en la parte trasera que alguien tocara el timbre, y ¡preciso!, el joven universitario fue mi salvación; con tranquilidad se dirigió hacia la parte trasera del bus, de pie, al lado mío, esperó unos instantes mirando atento por la ventana, finalmente tocó el timbre y… zas!, me bajé como un rayo, sin que nadie, ni en el bus ni en la calle notara mi presencia.

Estaba realmente frustrado, perdido en un lugar de Medellin que no conocía, con poco dinero, algo de hambre, y mucha rabia contra la sociedad ¿Cómo era que nadie me veía? Me senté a pensar cómo hacer para que el señor de los minutos a celular me vendiera uno, pero era imposible para mí hacer que cualquier persona a mi alrededor me dirigiera siquiera una mirada curiosa, como las de la gente del bus, antes de la canción del rapero. ¡Qué frustración!, mi mente en blanco, mi estómago también, y nadie que me ayudara o por lo menos me viera.

Como el señor de los minutos a celular no me veía y era claro que no podría conseguir prestado un teléfono, yo tenía la segunda opción: ¡Un teléfono público!, ¿Cómo no se me había ocurrido antes?...!El teléfono público!

Por primera vez en casi tres horas de extrañas situaciones con consecuencias notablemente perturbadoras en mi estado de ánimo, una sonrisa de esperanza se dibujó en mi rostro. Con ánimos renovados, me dirigí a buscar la solución a todos mis problemas: El dichoso teléfono público. Camine casi tres cuadras, hasta que por fin lo vi y me dirigí desesperadamente hacia él. Finalmente llegué, fueron los dos minutos más largos de mi vida: el tiempo que tomó caminar desde la cuadra anterior hasta esa esquina, donde estaba el teléfono. Saque una moneda, cogí la bocina con mi mano, pero súbitamente cayó, y se quedó colgando sin que pudiera hacer algo por levantarla, la moneda también cayó, y se fue rodando hasta una alcantarilla. Sentí un pitido fuerte, como el sonido que indica que el teléfono está habilitado para llamar… y era como si ese sonido fuerte y sostenido me llevara a un lugar desconocido y absorbiera entera la poca existencia que me quedaba. No recuerdo más, en ese momento creo que perdí el conocimiento.

Esta mañana, me levanté en un lugar bastante particular: Calles, una esquina, luces y muchos caminantes. No podía moverme, y ya no sentía hambre; sólo tenía muchas ganas de que alguien se me acercara para hablar. Una joven hermosa se dirigió hacia mí y me tomó de la mano, me puse tan feliz, y a la vez tan nervioso (Tanto de que alguien me viera de nuevo, como de que súbitamente me tomara de la mano), que solo pude decirle: ¡Buenos días!

Ella me miró a los ojos, como esperando que le dijera algo más. Yo lo noté de inmediato y le dije con alegría: por favor, inserte monedas…

En medio del movimiento en las calles, de los transeúntes desprevenidos, estaba yo, encerrado en una cajita de metal y protegido por una cubierta plástica, ¡yo era el teléfono público!

Una gota de vida más


Hoy miré hacia el cielo y lloré

Lo vi tan inmenso, tan lejano y tan cercano…

Quise arrancar de sus nubarrones

Una sola gota de vida más…

Mis lágrimas cayeron sobre las rosas que se abrían

Y sentí un frío intenso que abrigó mi corazón.

Esas rosas y yo tenemos algo en común

La ilusión de nacer para la vida

De abrir nuestros pétalos al salir el sol

Y saber que al ponerse detrás de las montañas

Lo hará también nuestra corta existencia

Como cuando acaba la función tras el telón,

¡Inesperadamente!

Pero quizás del otro lado de la vida

Las rosas florezcan de nuevo

Y el sol jamás se ponga

Y si la función no terminara,

¡Qué feliz seria yo!

GoldenRose, Abril 30 de 2008.